
Es indiscutible que las puertas en los últimos 20 años ha conquistado una nueva identidad, convirtiéndose en una de las piedras angulares de la cultura del diseño interior.
La palabra “puerta” es un término ahora reductivo dada la complejidad de un producto que a través del tiempo se ha convertido en versátil, creativo y de diseño. La investigación de diseño y la personalización han hecho parte de la producción de puertas, imponiendo una relevancia estética y estilística como para hacer que la puerta en sí sea quien dicte tendencia.

Miami showroom
Para el arquitecto evolucionado de hoy, la puerta ya no es solo un paso técnico para cerrarse, sino una elección estética precisa y rigurosa que la convierte en un verdadero mueble, hasta asumir, en algunos contextos, un papel de liderazgo en tamaño, materiales, acabados y accesorios.
Junto a la investigación estética está el desarrollo de contenido tecnológico y la atención al detalle, se convirtió en algo casi maníaco.
A partir de una elección aleatoria, la puerta se convierte en una elección deseada y libremente inspirada, ya sea para combinarse con los muebles o, por el contrario, para convertirse en un elemento de prominencia. Esta fuerte necesidad de personalización se manifiesta en la exploración de cada posible variación de color y material.
En el caso de la puerta de pared empotrada, desde el concepto de total invisibilidad, que distingue nuestros productos en la etapa de afirmación de la marca (durante años la puerta de pared empotrada era la puerta totalmente blanca que tenía que desaparecer en la pared) el enfoque se ha desplazado gradualmente a un concepto predominante de la visibilidad, es decir, una puerta que proporciona, que emerge en el entorno en toda su belleza, que tiene carácter y personalidad.
Originalmente, las puertas eran representadas totalmente blancas para realzar su perfecta invisibilidad y planitud con la pared. Se jugaba con letras grandes y el pay off elegido era “¿Donde está la puerta?”, precisamente para subrayar su perfecto camuflaje.
El progresivo acercamiento a los acabados, al nuevo concepto de la puerta protagonista en el ambiente, requirió el replanteamiento de su modo expositivo, que fueran a la vez funcionales y estéticas.

Antiguo concepto de exposición
A la luz de esta evolución, la forma en que Linvisibile ha elegido representar los productos en sus tiendas insignia y socios de showroom también ha cambiado su esencia.
Hoy en día cada vez más la visita de una sala de un showroom toma los contornos de una experiencia inmersiva, un camino que acompaña al visitante al descubrimiento de un pensamiento estilístico, hecho de diseño, belleza, a veces provocación. Los tiempos de los showrooms como sucesión anónima de puertas ha terminado.
Hoy en día estos espacios quieren contar una historia, inspirar soluciones, ofrecer perspectivas para guiar a los arquitectos en la definición de sus proyectos. Los ambientes se vuelven complejos y envolventes, hablan un lenguaje de artesanía y tecnología, de refinamiento.

Cuartel general Linvisibile – Turìn showroom
Queremos expresar un concepto de servicio, que no se detiene en la puerta, sino que incluye particiones, accesorios, revestimientos de paredes hasta los elementos de mobiliario como espejos y mesas.
En su forma más evolucionada, este concepto de exposición ha llegado incluso a identificar estilos de vida precisos y coincidir simbólicamente con algunas ciudades, como sucedió en el showroom monomarca de Miami, que representa 4 estados de ánimo estilísticos precisos y contemporáneos, los de: Milán, Yakarta, Los Ángeles y Moscú.